Tomar el sol con precaucion

Sol, playa y piscina: cómo disfrutar del verano sin acabar como una gamba al ajillo

El verano en Menorca es una postal: aguas turquesas, calas de ensueño y ese sol brillante que parece salido de una película. Pero (y aquí va el plot twist), ese mismo sol que da vida a nuestras vacaciones también puede convertirse en un enemigo silencioso si no sabemos cómo tomarlo con cabeza. Y no, no vale decir “yo no me quemo, solo me pongo rojo un par de días”.

Así que si quieres lucir un bronceado digno de portada, sin pasar por la fase “langostino XXL” ni sufrir consecuencias que ni el mejor after sun puede arreglar, sigue leyendo.

¿Por qué el sol puede ser un problema?

El sol no es malo, pero sí lo es si te expones sin protección. La radiación ultravioleta (UV) —la culpable del envejecimiento prematuro, las manchas, las quemaduras y, en los casos más extremos, el cáncer de piel— pega fuerte en verano, sobre todo en islas como Menorca donde el reflejo del agua y la arena multiplica su efecto.

Y aquí viene la trampa: en la piscina, donde el agua refresca, y en la playa, donde sopla la brisa, solemos pensar que “no quema tanto”. Spoiler: sí que quema. Solo que tú no lo notas hasta que es demasiado tarde.

 

Las horas “peligrosas”: cuando el sol se pone intenso

De 12:00 a 16:00 h es cuando el sol está en modo “modo boss final”. La radiación UV alcanza su punto más alto y, aunque estés debajo de una sombrilla, la arena y el agua reflejan hasta el 80% de esa radiación. Así que sí, incluso a la sombra te puedes quemar.

Pro tip: Aprovecha esas horas para una siesta en la habitación, un almuerzo tranquilo o un rato de spa. Tu piel (y tu futuro yo) te lo agradecerán.

 

Cómo protegerte (y broncearte bien)

El objetivo no es huir del sol, sino llevarnos bien con él. Aquí van los básicos:

 

Elige el fotoprotector correcto:

✅  FPS 30 o superior, siempre. Y si eres de piel clara, sensible o estás los primeros días de exposición, empieza con FPS 50.

✅  Aplícalo 30 minutos antes de exponerte y renuévalo cada 2 horas (sí, cada dos. No seas tacaño con la crema).

✅  Si nadas o sudas, reaplica al salir del agua, aunque ponga que es “resistente”.

✅   No olvides zonas como orejas, empeines, labios (usa un protector labial con SPF) y detrás de las rodillas.

Complementa con:

✅  Gafas de sol con filtro UV.

✅  Gorra o sombrero (bonus si es de ala ancha, te da aire bohemio y te protege más).

✅  Ropa ligera pero que cubra, especialmente en caminatas o excursiones.

 

Qué pasa si no te proteges?

Además de convertirte en una croqueta rebozada de after sun por la noche, te enfrentas a:

✅  Quemaduras solares: piel roja, tirante, con ampollas. Duelen, envejecen y pueden dejar manchas.

✅  Insolación: fiebre, dolor de cabeza, náuseas, mareo. No hace falta correr un maratón para tenerla, basta con pasarse un rato bajo el sol sin protección.

✅  Deshidratación: estar al sol agota el cuerpo más de lo que parece, y sin suficiente agua, el bajón llega antes que el moreno.

 

¿Y si ya te has quemado? Primeros auxilios solares

Si el daño ya está hecho, no entres en pánico ni en la ducha con agua helada. Haz esto:

▷ Hidrata la piel con after sun o aloe vera puro (mejor si está fresquito).

▷ Bebe agua como si fueras un cactus en el desierto.

▷ Evita volver al sol hasta que la piel se haya recuperado.

▷ No revientes ampollas si las hay. Si ves signos de infección o malestar general, mejor consultar a un médico.

 

Productos top para recuperación:

▷ After sun con aloe vera o caléndula.

▷ Crema con pantenol o vitamina E.

▷ Brumas refrescantes con agua termal.

▷ Toallitas de gel frío (sí, existen y son lo más para el bolso de playa).

 

Tips finales para broncearte bonito (y no achicharrarte):

▷ Empieza con sesiones cortas de sol, 15-20 minutos, y ve aumentando progresivamente.

▷ Exfóliate suavemente antes de empezar las vacaciones para un bronceado más uniforme.

▷ Hidrátate por dentro y por fuera, con cremas y mucha agua.

▷ Incluye alimentos ricos en betacarotenos: zanahoria, mango, tomate, espinacas… Tu piel lo notará.

Y recuerda: el moreno que cuidas se queda más tiempo, el que te quemas se pela en dos días.

 

Conclusión

El sol en Menorca es una delicia… si sabes cómo tomarlo. No se trata de tenerle miedo, sino respeto. Con protección, buenos hábitos y un poco de cabeza, puedes lucir un bronceado digno de anuncio sin dramas post-sol. Así que ponte crema, protégete, y a disfrutar del verano como se merece: con la piel feliz y las ganas intactas.

Nos vemos bajo el sol… pero con sombrero. 😎

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